miércoles, 15 de enero de 2014

PERIOSTITIS TIBIAL

La periostitis es una inflamación de una membrana llamada periostio que envuelve los huesos y en la que se insertan los tendones. En los corredores, sobre todo de fondo, es frecuente la periostitis de la tibia, con más frecuencia en épocas de entrenamiento fuerte o después de varias competiciones.
Esta lesión se caracteriza por un dolor en la espinilla, aunque a veces lo que se nota es una quemazón, que aumentan con el ejercicio, con los cambios de terreno y de ritmo y a veces con el simple roce de la ropa. Generalmente se acompaña de calambres y rigidez en los músculos posteriores de la pierna (gemelos y soleo).
La causa de esta lesión, como en general todas las lesiones deportivas, no es única, sino un conjunto de factores relacionados con la biomecánica de la pisada, el calzado, el tipo de entrenamiento, hábitos de vida….a los que tenemos que prestar atención e intentar corregir.

Consejos para prevenir la Periostitis Tibial:

  • Evitar las superficies duras e irregulares y adecuar la carga de entrenamiento a nuestro estado físico. Dedicar parte de nuestro plan de entrenamiento a ejercicios de potenciación muscular y a técnica de carrera. No olvides los ejercicios de estiramiento y, si te lo puedes permitir, los masajes de descarga.
  • Usar zapatillas altas de talón y con  buena amortiguación. Las medias de compresión también nos pueden ayudar.
  • Corregir los problemas biomecánicos, sobre todo el exceso de pronación o los pies planos. Consultar un podólogo que nos haga un estudio de la pisada y nos recomiende una plantilla específica nos evitará muchas lesiones.
  • No descuidar el control de peso, la alimentación, la hidratación…

    Si ya llegas tarde para prevenir y la lesión ya está ahí, lo primero es que le hagas caso. Aquellas molestias que ignoramos acaban empeorando y generando lesiones más importantes y con mayor tiempo de recuperación.
    Por mucho que te cueste, hay que bajar el ritmo: eliminar las cuestas, el fartlek,….todos aquellas variantes de entrenamiento que supongan cambios de ritmo o de carga. Para mantenerte bien física, y sobre todo mentalmente, puedes hacer natación, elíptica, bicicleta o aprovechar para hacer ejercicios de potenciación muscular.
    Puedes hacer salidas a un ritmo suave, con medias de compresión (aunque mejor con un vendaje funcional)  para reducir el impacto sobre la zona de lesión, y al acabar recuerda hacer los estiramientos , aplicar hielo durante 15-20minutos y después masajear  con una pomada antiinflamatoria por toda la pierna, incluyendo los gemelos y sóleo. Se puede complementar  el tratamiento con técnicas de fisioterapia. Una vez desaparezca el dolor se puede volver progresivamente a aumentar el entrenamiento.
    En general con estas medidas se consigue la recuperación en 2-4 semanas, y solo en un pequeño  porcentaje de casos serán necesarios tratamientos más invasivos (infiltraciones o cirugía de apertura perióstica).




    Cristina Pérez Martín

    1 comentario:

    1. Interesante entrada, que nunca bien mal volver a leer y recordar, ya que hay que ser consciente de los riesgos que corremos y de como evitarlos. Una serie de post dedicados a las lesiones mas habituales y como prevenirlas serán bien recibidas.

      Saludos, Emilio.

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