sábado, 30 de agosto de 2014

¡QUE CORRA EL AIRE! UN METRO Y MEDIO DE SEPARACIÓN ENTRE AUTOMOVIL Y CICLISTA


Esta entrada que subo al blog no es que me ha salido por casualidad,  pues este verano, por culpa de mi lesión, que aún sigue dando coletazos,  he recorrido algunos kilómetros sobre mi bicicleta de carretera, y aunque solía elegir carreteras con poco tráfico he vivido en mis carnes el poco respeto que algunos conductores muestran por los ciclistas, conductores que son personas, al igual que los ciclistas, que tiene una vida, al igual que los ciclistas, que pagan unos impuestos, al igual que los ciclistas, que tiene familia, al igual que los ciclistas…, y así podía seguir, pues somos lo mismo,  esto añadido a las últimas noticias que cada vez van en aumento, el atropello a los ciclistas, me ha hecho reflexionar y escribir este caso que bien podía ser real, y poner algunas imágenes, videos o enlaces con normas de la DGT y aunque sé que algunos seguirán pensando que por ir en un coche son superiores, sé que siempre habrá personas que tomen conciencia del peligro de no respetar la distancia de seguridad entre ciclista y automóvil.
La velocidad no era excesiva, eso sí, superaba algo el nuevo límite que se ha implantado en las carreteras de segundo nivel, la música sonaba con volumen bajo en mi dial favorito y la temperatura del aire acondicionado era la ideal, mi mujer me había mandado un mensaje vía WhatsApp al móvil, los niños no estaban aún preparados e iba sobrado de tiempo, llegaría en 25 minutos e iríamos a pasar el resto del día a la piscina de mi hermano Andrés.
Anoche me fui a dormir un poco tarde, pero es que  las noches de verano tienen esto,  mis compañeros de bicicleta apretaban en cada relevo, los kilómetros iban haciendo mella, pero a pesar de la dureza en algunos tramos, iba disfrutando del paso de los kilómetros junto con mis compañeros, mis amigos, hoy sería una salida con más kilómetros, pero llegaría a tiempo a la comida familiar que me esperaba, mis hijas, mi mujer, mi familia…, sería un día especial para celebrar el cumpleaños de mi querida suegra.
La mañana ya iba denotando calor y los termómetros subirían de lo lindo en este domingo de verano, pero ninguno de nuestros dos protagonistas suponían que el desenlace sería frío, muy frío,  por dos motivos diferentes ninguno cumpliría con su plan inicial, el primero por una falta de dignidad y respeto, que aunque era padre de familia de dos pequeños niños no tenía ese respeto y dignidad por la vida que cualquiera que sea una persona debería tener e inculcar a sus descendientes  y el otro era culpable, culpable de salir con su compañeros a disfrutar de una afición, que cada vez le parecía más deporte de riesgo, pero era lo que le gustaba y lo que le daba unos valores de compañerismo, respeto, esfuerzo…,  entre otros,  que enseñaría a sus dos princesitas como valores primordiales de la vida y las personas.
Cuatro ciclistas estaban tumbados en el arcén y cuneta de la carretera que normalmente les veía pasar cada domingo, las bicicletas estaban desperdigadas por la carretera y en el rastrojo, junto con algunos objetos personales, tres de ellos no paraban de quejarse, y otro no hablaba, no se movía, el charco de sangre al lado de su cabeza iba en aumento, y un teléfono móvil que estaba a su lado sonaba con una imagen de dos pequeñas rubias gemelas con ojos llenos de vida, un coche de alta gama había frenado un poco más delante pero tras unos segundos parado reanudó la marcha a gran velocidad.


Ahora la velocidad si era excesiva rebasando holgadamente el límite, el aire acondicionado seguía a la misma temperatura pero el sudor frio era inevitable, el pitido del teléfono delataba otro mensaje, este no lo abrió, no se atrevió, como se lo explicaría a su mujer, a sus hijos, como podría vivir el resto de su vida con ese peso, había incumplido una norma básica, el respeto a unas vidas, la dignidad de auxiliar a esas personas, el valor de reconocer ese fallo mortal,  a unas personas que como él tenían planes de presente y futuro, que le esperaban una familia en casa como a él, todo por infravalorar la distancia de seguridad que ya había visto en el Facebook, y otras redes sociales,  y que pensaba que era un disparate, y una gilipollez, un metro y medio de separación entre coche y ciclista.
UN "LISTO" EN FACEBOOK DEJABA ESTE MENSAJE, LO QUE REAFIRMA MI OPINIÓN RESPECTO ALGUNOS PERSONAJES
Seis años después, un periódico deportivo, destacaba que el campeonato de España de ciclismo en categoría juvenil dos hermanas gemelas se hacían con el título y el subcampeonato destacando unos valores excepcionales pues poco antes del sprint final habían esperado a la que a la postre fue tercera por una avería mecánica. Estas dos rubias con los ojos llenos de vida, miraron al cielo y recordaron a ese cicloturista aficionado que perdió la vida haciendo lo que le gustaba pero que antes se había encargado de educarlas con esos valores de dignidad y respeto.
NORMAS DE LA DGT

ARTICULO DE ALGUNAS NORMAS

2 comentarios:

  1. Bonita entrada Joaquín. La vida es un valor que infravaloramos, y realmente es lo único que tenemos

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  2. Estupenda defensa de la vida y el respeto por TODAS las personas, hemos de seguir extremando las precauciones, ya que a la minima podemos ser los causante de una gran tragedia. ¡Gracias por recordarnoslo!.

    Saludos, Emilio Díaz.

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