No quiero volver a entrar en el poco o ningún interés de los
medios de comunicación, sobretodo deportivos, suscita los deportes
minoritarios, incluso cuando hay grandes éxitos, pero hoy quiero reflejar en
estas líneas, que al menos, algunos gestos que se producen en estos deportes,
deberían tener una primera plana, pues si queremos educar a nuestros jóvenes
con grandes principios, debemos empezar por dar propaganda y publicidad a acciones
que aunque deberían ser normales, en nuestra sociedad de hoy en día son actos
extraordinarios, aunque al menos hay que felicitarse porque algunos medios
nacionales se han dignado en dar conocimiento de la noticia, que por supuesto
está dando que hablar gracias a las redes sociales.
Este domingo el aragonés, socio de honor del C.A. Membrilla,
Toni Abadía, tuvo un gesto para el recuerdo, un gesto deportivo que honra a
este bravo y excelente corredor, campeón de España de cross, precisamente en
esta especialidad en el Cross de Zornotza cuando disputaba la carrera en
posiciones delanteras, su compañero de selección, que no de club, Ilías Fifa
tuvo un resbalón y cayó al suelo, ni corto ni perezoso Toni se dio la vuelta y
junto con un atleta doblado (Abel Fernández) ayudaron a este a levantarse.
Posteriormente y tras ir relevándose para volver a entrar en
el grupo cabecero, Fifa conseguiría la tercera plaza y Abadía pudo ser
quinto, a pesar del desgaste.
Este gesto me recuerda también al que tuvo hace unos años
Iván Fernández, cuando en el Cross de Burlada, metros antes de llegar a meta,
avisó de un error al medallista olímpico Abel Mutai, de que se había confundido
del lugar de la meta y ayudó a este a remendar el error antes de que fuese
tarde, ganando Mutai el cross.
También apenas hace unos meses, en las olimpiadas de Río, hubo
otro gesto de nobleza deportiva, reconocido esta vez por el comité olímpico,
cuando dos atletas en la semifinal de los 5000 metros femeninos, cayeron al
suelo por un tropezón, la neozelandesa Nikki Hamblin y la estadounidense Abbey D’Agostino, acompañándose para llegar a juntas
a meta, aunque lesionadas y sin posibilidades de clasificarse, demostrando el
gran compañerismo del deporte.
Sin duda son gestos donde se recuperan la fe en los valores
más nobles del deporte, gestos que deberían estar en primera plana, y relegar
alguna vez, a las tan repetitivas noticias del futbol, (deporte rey), pero que no
vende, porque en este país importa más la “pasta gansa”, que los valores de los cuales no deberíamos extrañarnos, y hoy por hoy y en mi opinión tiene
infinitamente más valor que cualquier victoria.
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