Tras varios días de descanso después de lograr finalizar el
reto de los 50 kms en pista, había que volver a dar zancadas, si bien en esta época de calor no es tan apetecible como
en otras épocas del año, pero el gusanillo hay que “matarlo” y con un par de
días de rodaje decidí inscribirme en la reanudación de la carrera de la
Independencia, en Valdepeñas, donde se celebraba la edición número 13,
rememorando aquella lucha de la ciudad contra la invasión francesa, y que el
ayuntamiento junto a el club Extenuación y a favor de la asociación AFAD,
organizaron perfectamente.
Con un día caluroso nos presentamos en la ciudad vinatera
Ángela y yo, cada uno con un objetivo diferente, pero sin duda a volviendo una
vez más a retomar las sensaciones de correr, e intentar disfrutar de una
tarde-noche haciendo este deporte que engancha, si bien las condiciones no eran
las más idóneas. Antes charlamos con varios amigos de Valdepeñas, destacando el
día caluroso y el retorno de esta carrera.
A las 20:30, con el mercurio marcando los 36 ºC, el concejal
de deportes dio la salida a los 250 corredores allí presentes, rodeados de
personajes vestidos de la época, que rememoraban la batalla del pueblo
valdepeñero contra las tropas francesas,
en un circuito en línea recta por la calle 6 de Junio y el Paseo de las Tinajas,
con continuos subes y bajas, pero a la vez con buena animación.
El ritmo inicial fue algo exigente, pues no sabía cómo me
encontraría tras el parón, pero pronto me di cuenta que no iba para “tirar
cohetes”, por lo que aminoré la marcha y los parciales en los puntos
kilométricos eran algo por debajo de 4’, un ritmo que debería ser cómodo para
mí, pero que no lo era, la alta temperatura hacia estragos, a pesar de los
varios avituallamientos, esponjas e incluso mangueras en forma de ducha, pero
es lo que tiene nuestra tierra manchega.
Los kilómetros iban cayendo y seguía sin ir a gusto, si bien
el ritmo fue mantenido durante toda la carrera, dando alcance a varios
corredores, por lo que el fondo acumulado de la preparación a los 50kms me
ayudó a finalizar la prueba con un tiempo de 39’20”, a ritmo medio de 3’56”, un
marca pobre, pero teniendo en cuenta las circunstancias y el circuito, no está
nada mal.
La satisfacción se completó cuando mirando las
clasificaciones veo que logré la segunda plaza de mi categoría, esta vez
veteranos B, y tras mucho tiempo volvía a subirme al podio en una carrera, algo
que sin duda hace ilusión, aunque esta vez las sensaciones no fuesen buenas
durante la carrera.
Por su parte Ángela partía con la idea de coger ritmo y
ultimar su participación en los 10K de Membrilla, intentando disfrutar del
ambiente, aunque el calor reinante fue un hándicap a tener en cuenta, también la
dureza del circuito que engañaba con sus continuos subes y bajas.
Ángela fue corriendo de menos a más, siempre en sus ritmos,
con momentos de todos, incluso tras finalizar yo compartí unos metros con
ella, saliendo satisfecha de haber
logrado de nuevo completar una carrera más este año, y ya van unas cuantas, por
lo que nos vinimos a casa contentos de haber disfrutado una vez más del
atletismo.
Por mi parte, quiero aprovechar también estas líneas, para
felicitar a la organización la idea de retomar esta carrera que espero en años
venideros vaya a más, la gran labor realizada por todos los voluntarios y trato
al corredor, agradecer el recibimiento a
toda esa gente de Valdepeñas que siempre nos reciben con los brazos abiertos y
esperar que esta bonita carrera continúe por muchos años.
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